La diferencia que existe entre licenciatura de bellas artes y cualquier taller o ciclo formativo que puedas hacer sobre pintura o escultura, es la parte intelectual. En un taller o en un ciclo formativo, te pueden enseñar quizás mucho más la parte técnica, en una universidad te deberían a enseñar a pensar, aportar un sentido a aquello que haces, la técnica no solo es lo importante.
`Si yo tuviese que crear las bases de una facultad de bellas artes, cambiaría quizás algo de las asignaturas, pero me centraría más en asentar una corriente, una forma de pensar y de ver las cosas. Creo que a los alumnos muchas veces les falta motivación para seguir, una motivación que los profesores pocas veces saben inculcar. ¿Qué mejor forma de motivar a un alumno que otorgándole la capacidad de darle sentido a lo que hace?, si al alumno le das la posibilidad de entender, de pensar, y sobre todo le das un camino al que agarrarse, estaría mucho menos perdido. Para esto habría que reunir a profesores que tuviesen la misma forma de pensar en este sentido. Un profesor que apueste por las personas, que trate al alumno con la dignidad que se merece, que no solo le enseñe a pintar, sino que le de una forma de ver las cosas, pero eso hoy día solo podría existir vía privada...ya que el profesor no tiene autoridad moral sobre los alumnos, se considera una intromisión, por eso debe ser el alumno quién elija ese tipo de enseñanza.
Si estás formando artistas, no es normal que un tanto por ciento tan alto de licenciados en Bellas Artes acabe o en el paro o dando clase de plástica solo y exclusivamente. Por esto es por lo que hay que dar una motivación al alumno fuerte para que pueda explotar todas sus capacidades. Yo contrataría profesores que tengan criterio, que sepan conducir a los alumnos de la mejor forma, que es el ejemplo. Una de las grandes fuentes de motivación para el alumno debe ser el propio profesor, que de alguna manera acabe el curso queriendo parecerse a él, dedicarse a lo mismo, entender la pintura de la misma forma. Un profesor que le ha enseñado una nueva forma de entender el arte, que le ha explicado que es el arte para él, que sentido tiene y porqué decidió realizarlo. ¿Qué importancia tiene la estética en la vida?, ¿qué importancia tiene el artista en la sociedad? ¿Cuál es el papel fundamental que debe cumplir dentro de ésta?... Son preguntas que normalmente no tienen respuesta, porque un gran numero de personas piensa que todo es relativo, que no hay nadie que tenga una verdad absoluta, cosa que es mentira.
Dentro de la enseñanza debe existir una objetividad, y es el profesor el encargado de dársela. La belleza para mí es algo muy objetivo, tan objetivo que aunque uno no quiera, tiene un ley dentro de sí que le empuja a reconocerla y a encontrarse con ella. El profesor debe saber esto, he intentar dar al alumno lo más grande que te pueden dar cuando estudias arte, la importancia de la belleza en la vida de las personas. Si el alumno descubre ésto, descubrirá también que ya no da igual lo que haga, ni como lo haga, que tiene una responsabilidad muy grande con sus contemporáneos, una vocación a la que entregarse no solo con respecto al arte, sino la vida en general. El dinero pasa ya a un segundo plano, lo importante es inyectar belleza en la vida de los que te rodean, en medio de una sociedad donde lo único que se ve de bello es lo antiguo, porque la belleza ya es un concepto anticuado, nadie lo cuida, no interesa. No hay más que ver un telediario para darse cuenta de que las noticias bonitas, ya no interesan.
Sobre el plan de estudios, mantendría un esquema similar al de licenciatura en Sevilla, lo único que cambiaría sería la asignatura de procedimientos pictóricos/escultóricos, que pasaría a ser de primero, ya que en tercero corta toda la evolución obtenida entre primero y segundo. Pasas de pintar todo el día a partir huevos con cuidado de que no se te rompa la yema. Es una asignatura importante, pero no en medio de la carrera. Quizás ampliaría las optativas dando mayor entrada a las nuevas tecnologías así como a asignaturas que traten de otras ramas, como por ejemplo, la música o el cine.
El último punto se refiere al espacio en el que situaría la facultad de bellas artes. Si yo voy a votar por una corriente donde la estética y la belleza es lo importante, la facultad la haría completamente nueva. Ya estamos cansados de lo antiguo, es bonito, pero igual que la pintura debe responder a su tiempo, la arquitectura también. Construiría un edificio en el que estética, belleza y comodidad estuvieran presentes. Una facultad pensada para el alumno, para que su estancia allí sea grata. Pensando muy bien todos los elementos de manera que la vista descanse todo lo que pueda, que nada sea pesado visualmente. Si puede ser en contacto directo con la naturaleza mejor, para ver y entender que lo que hacemos allí es mucho más grande que el hombre, viene de más arriba, ya que en la naturaleza se encuentra una de la mayor expresión de arte, y allí el hombre no intervino para nada.